Estancarse musicalmente es parte del proceso creativo. Aprende a superarlo y avanza fácilmente

Sobre la motivación y los momentos en los que sentimos que no avanzamos

Una de las cosas más bonitas de dedicarme a la docencia además de a la interpretación es la calidad humana y musical de mis alumnos. Ver como consiguen sus metas es una experiencia muy enriquecedora y didáctica a la vez. En estos más de 10 años como docente he visto reflejados en mis alumnos muchos de los obstáculos y de los problemas que yo mismo he vivido y vivo en mi aprendizaje.

Esta misma semana charlando con uno de ellos (hace tiempo que no soy su profesor pero seguimos viéndonos y contándonos cómo nos va todo) me comentaba que se sentía estancado y que pensaba que no podría tocar mejor de lo que toca ahora. ¡Cielos! Eso mismo lo he pensado yo mil veces desde que empecé. Esa misma sensación me ha quitado horas de sueño y me ha hecho cuestionarme si no me habré equivocado de profesión, si realmente no tengo talento para esto de la música.

En ese momento no supe transmitirle desde un punto de vista global todo lo que para mí ha significado vivir esos momentos de “frustración” momentánea y catarsis posterior.
Intentaré hacerlo ahora. Valga decir que esto no es más que una pequeña reflexión sobre mi humilde experiencia que he puesto por escrito para que mi alumno pudiera saber mi forma de vivir ese mismo proceso por el que él está pasando.

Un lugar conocido

Cada cierto tiempo te encuentras en esa situación nada agradable de pensar que no avanzas, te resultas repetitivo tocando, parece que siempre cometes los mismos errores y por mucho que lo intentes te sientes caminando en círculos pasando una y otra vez por los mismos puntos. Llegas a la conclusión de que no va más, el camino se ha acabado y eso que creías que tienes dentro, llamémoslo talento, creatividad, musicalidad, etc, se ha agotado o nunca ha existido realmente. Ves como los demás parece que siempre mejoran o hacen cosas de las que tú no eres capaz.


En estos momentos es muy difícil no ser tu peor juez. Uno siempre tiende a machacarse y culparse por lo que está viviendo. Es normal, pero, ¿cómo salimos de esta espiral? La verdad es que no lo sé realmente, nunca he encontrado la clave para ello y parece como si todo siguiera su curso por mucho que yo intente reconducirlo. Pues bien, eso es lo que mejor me ha funcionado siempre, dejar que las cosas fluyan naturalmente, dejar de fijar el punto de mira de la responsabilidad en uno mismo y abrirse a escuchar.

Un proceso que no imaginas

Entonces de repente esa época pasa, la mayor parte de las veces de una forma súbita, y te sientes de otra manera, parece que todo es más fácil, te encuentras más creativo y todo funciona de una forma más natural contigo mismo. Es como si de alguna forma tuvieras que pasar un momento de duelo para entender y asimilar muchas cosas que has estado aprendiendo durante todo ese tiempo.

La recompensa

Mi forma de llevarlo desde hace muchos años es esa, dejar que siga su curso. Asimilar que es parte del aprendizaje y del crecimiento personal y musical. Incluso disfrutarlo en cierta forma, aprovechar esos momentos para salir fuera de mi circulo, buscar nueva música para escuchar y dejar que me transporte e inspire sabiendo que a la vuelta dejará un poso y me enriquecerá.

La música es un arte, es algo creativo per se. Tiene mucho que ver con nuestro lado emocional, y eso a su vez influye en cómo la vivimos. Nos alimentamos de experiencias vitales, aprendemos, nos caemos, nos levantamos, sufrimos, reímos, lloramos, nos enfadamos,…
¡Y todo eso nos hace sentir vivos!

Espero que este pequeño texto tan personal te sirva para entender un poquito más esos momentos en los que parece que el camino se difumina, porque en estos años a mí me ha servido para descubrir muchas otras sendas…¡y no lo cambiaría porque ha sido mayor la recompensa que el esfuerzo!

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